¿Existe una ecuación para la iluminación del alma? De ser esto cierto, ¿se podría crear la tecnología para iluminar a toda la humanidad y dar por fin el paso a la trascendencia de la consciencia?
La clave sobre el entendimiento de la llamada ?Teoría del Todo? parece estar más cerca que nunca y las pistas para aplicar dicho conocimiento han estado siempre ante nosotros esperando a ser descubiertas. El doctor Brent es un físico que dice poseer una ecuación capaz de direccionar a la humanidad hasta otro tipo de evolución, más allá de la tecnología en sí. Luca, un alpinista extremo que arrastra tras de sí la culpa de una horrible tragedia ocurrida en el Everest, posee la clave para cambiar el mundo, pero aún no lo sabe. Ambos comenzarán un viaje iniciático que desencadenará en una revelación, un antiguo secreto oculto en el legado de la sabiduría de los ancestros que pondrá a prueba la misma naturaleza de la realidad. Desde las cimas del Pirineo, hasta las más altas cumbres del Himalaya, ambos descubrirán que toda su vida ha estado predestinada, todas sus elecciones les han llevado al mismo punto, a descubrir algo que nunca podrían haber llegado a imaginar. La función hermética es la ecuación definitiva, ellos tienen las claves para ponerla en marcha y llevar al ser humano hacia otro paradigma. |
Mi nombre es Antonio Peñalver, me gusta que me digan Tony, siempre me sonó mejor que Antonio. Actualmente tengo 43 años, nací en el 75.
Siempre me han gustado los libros, tuve esa suerte, sobre todo de filosofía y leer sobre temas que desconocía, recuerdo que mi plan era que a base de leerlos muchas veces mi cabeza ya iría entendiendo… pero no sucedía como yo planeaba. Mi padre tenía una estantería plagada de libros, algunos eran de ficción pero la gran mayoría eran de un tema que estaba muy de moda en los 70. Estalla el boom de artistas y escritores esotéricos como Richard Bach, Carlos Castaneda, J.J. Benítez, Erich von Daniken, etc. Todo pseudo ciencia que formaba parte del movimiento New Age. Me dio por leerlos todos…
Mi padre encendió en mi la llama por la curiosidad sobre los libros en general, y ese fue su mejor regalo.Él decía que su abuelo era masón y me contaba historias de los masones y de sociedades secretas que controlaban el mundo. ¿Qué loco estaba, no?… sociedades secretas que controlan el mundo… Yo me dediqué en mi adolescencia a leer Budismo, Zen, Tao, filosofía oriental, todo lo que escribió Nietzsche. También me dediqué a tocar la flauta y la guitarra en las montañas y a recorrerme el mundo haciendo escalada, esquí, surf… todo aquello que me estimulara la glándula que segregaba la adrenalina.
Muchos dicen que desperdicié el tiempo, yo no estudié ninguna carrera. Me dediqué a vivir y trabajaba en cualquier lugar que me diese el dinero suficiente para seguir mis aventuras en los reinos mágicos de la naturaleza. Si miro atrás me contemplo como alguien a quien admirar. Pero el yo de aquella época tenía un miedo muy profundo al futuro. ¿A qué me iba a dedicar si no estaba haciendo nada de provecho para el sistema?
El 11-S mi padre me miró muy serio y me dijo: "Esto va sobre el petróleo, solo tienes que seguir el dinero, las torres las esta tirando Bush…El sistema no existe, el sistema es la mismísima naturaleza del ser humano proyectada y organizándose…" Los años que vinieron después a mi me tocó la fase de la búsqueda de uno mismo, de encajar en el sistema, sentí la necesidad de emanciparme, al final uno siempre cede y entra por el aro.
Mi padre murió de cáncer poco tiempo después de empezar yo a escribir la novela, una metástasis fulminante lo consumió en sólo 15 días.
Recuerdo que el último día que me dijo algo coherente (porque el cáncer también le tocó la cabeza), me dijo: "Eh, Antonio… Hitler...Stalin.… los masones, mmm, Hitler.… – se me quedó mirando con una mirada triste y me dijo: -Trabajar, no vale, trabajar no vale para nada…
Actualmente me dedico a entrenar a surfistas para llevarlos a competición, llevamos grupos a hacer surf al paraíso de Maldivas o enseñamos a cualquier persona que quiera aprender a hacer surf de verdad con un programa serio que respalde su evolución. Ciertamente creo que mi padre en esa última frase quiso decirme eso…. que apostase por mi, que apostase por algo que verdaderamente me hiciera feliz, fue su forma de reconciliarse conmigo.
Ahora quiero volver a hacerlo, volver a apostar por algo en lo que yo creo, y en lo que me he documentado para sacar una conclusión positiva. Por todo eso le dedico “La función hermética” a mi padre…
Es simple; no esperes a que ocurra, haz que ocurra.
Papá, creo que al final lo entendí…