Toda especie se enfrenta a la extinción alguna vez en su historia. Año 2010. El joven científico Joel Lager llega para trabajar en el laboratorio del profesor Vivian Malgrad: un experto mundial en toxinas con un ateísmo beligerante y unos obsesivos principios evolucionistas. Allí, Joel saboreará las mieles del éxito al desarrollar una terapia revolucionaria que puede conducir a la cura del cáncer. También acabará enamorándose de Vera, una enigmática científica con demasiadas cosas que esconder. Todas estas vicisitudes pasarán a un segundo plano cuando aparece en Barcelona una misteriosa enfermedad desconocida y mortal. A partir de ese momento, tendrá lugar una carrera contrarreloj para desvelar qué es lo que está causando esta extraña patología, y evitar así un desenlace impredecible. La historia se ambienta principalmente en la Europa actual, con tramas y subtramas que transcurren en diversos enclaves como Barcelona, Friburgo o Lyon entre otros; y con algunos saltos temporales a distintos momentos y lugares del siglo XX, como un campo de concentración alemán de la primera guerra mundial. El Club Darwin es más que una novela científica. Es una historia donde la ciencia-ficción se mezcla con el misterio y la intriga, con diálogos profundos, traiciones, acción y drama. Una novela que no solo busca entretener, sino también tocar algunas teclas en la mente del lector. |
Mi nombre es Nacho Aguiló. Nací en 1979. Soy doctor en bioquímica por la Universidad de Zaragoza y actualmente ejerzo como investigador científico en esta misma institución, llevando a cabo mi labor en el campo de las vacunas y la tuberculosis. He publicado diversos artículos científicos en revistas internacionales, y soy inventor de varias patentes. Ahora me estreno en el mundo literario con El Club Darwin.
Para ser sincero nunca me imaginé escribir un libro más allá de mi tesis doctoral, y mucho menos una novela de ficción. En este sentido siento que fue la historia de El Club Darwin la que me encontró a mí más que yo a ella. Mis motivaciones iniciales a la hora de embarcarme en esta aventura surgieron a raíz de mi interés por leer y reflexionar sobre determinados temas relacionados con el origen de la vida y con la evolución, y en particular con nuestra propia evolución.
Hace algunos años sentí una tremenda urgencia por escribir algunas de mis reflexiones, de compartirlas con el mundo. Pero cuando me planteé en qué formato hacerlo, enseguida llegué a la conclusión de que no tenía sentido escribir un ensayo. Sería aburrido, tanto para mí como para el potencial lector. Además, existen cientos de obras relacionadas con estos temas, escritas por autores mucho más expertos que yo, y por tanto mi aportación científica al respecto no iba a ser demasiado relevante.
Así fue que un buen día de verano en 2012 emergió en mi cabeza la idea de novelar mis pensamientos, de cedérselos a personajes ficticios como parte de su propia personalidad, y es en este momento cuando nació la semilla de El Club Darwin, y casi simultáneamente el profesor Vivian Malgrad, el primer personaje que concebí.
A partir de ese momento, fueron necesarios varios años de mayor o menor actividad creativa para desarrollar el resto de personajes, así como las tramas y subtramas que componen la historia. En el caso concreto de las diversas localizaciones que aparecen en el libro, me resultaron de gran utilidad los diferentes viajes que he realizado en mi faceta como científico. Algunos de los centros de investigación donde se desarrolla la acción se basan en lugares reales que he visitado, y donde he trabajado.
Para ser sincero nunca me imaginé escribir un libro más allá de mi tesis doctoral, y mucho menos una novela de ficción. En este sentido siento que fue la historia de El Club Darwin la que me encontró a mí más que yo a ella. Mis motivaciones iniciales a la hora de embarcarme en esta aventura surgieron a raíz de mi interés por leer y reflexionar sobre determinados temas relacionados con el origen de la vida y con la evolución, y en particular con nuestra propia evolución.
Hace algunos años sentí una tremenda urgencia por escribir algunas de mis reflexiones, de compartirlas con el mundo. Pero cuando me planteé en qué formato hacerlo, enseguida llegué a la conclusión de que no tenía sentido escribir un ensayo. Sería aburrido, tanto para mí como para el potencial lector. Además, existen cientos de obras relacionadas con estos temas, escritas por autores mucho más expertos que yo, y por tanto mi aportación científica al respecto no iba a ser demasiado relevante.
Así fue que un buen día de verano en 2012 emergió en mi cabeza la idea de novelar mis pensamientos, de cedérselos a personajes ficticios como parte de su propia personalidad, y es en este momento cuando nació la semilla de El Club Darwin, y casi simultáneamente el profesor Vivian Malgrad, el primer personaje que concebí.
A partir de ese momento, fueron necesarios varios años de mayor o menor actividad creativa para desarrollar el resto de personajes, así como las tramas y subtramas que componen la historia. En el caso concreto de las diversas localizaciones que aparecen en el libro, me resultaron de gran utilidad los diferentes viajes que he realizado en mi faceta como científico. Algunos de los centros de investigación donde se desarrolla la acción se basan en lugares reales que he visitado, y donde he trabajado.